La concepción del mundo es una serie de principios que dan razón a la conducta de un sujeto. Dichos principios en la consciencia de la vida cotidiana pueden interpretarse como creencias implícitas, inconscientes.
Aún así están explícitos en la cultura de la sociedad. Esto se debe a que la cultura posee comúnmente afirmaciones sobre la verdad de las cosas y estas están relacionadas o rigen los juicios de valores de la sociedad.
El que exista en una cultura una formulación del mundo no quiere decir que se conozca realmente la concepción del mundo activa de esa sociedad. Esto se debe a que dicha formulación es un reflejo de las ideologías o creencias que tenga dicho sociedad.
Las concepciones del mundo sueles presentar unas pautas en forma de sistema filosófico. La filosofía sistemática pretende razonar el contenido de las ciencias positivas, es decir busca una concepción del mundo con la misma positividad que el de las ciencias. Pero este sistema filosófico fracasada debido a la constitución del conocimiento científico positivo durante la Edad Moderna, caracterizado por su intersubjetividad (todas las personas adecuadamente preparadas entienden la formulación del mismo modo) y posibilitar previsiones exactas. Estos dos rasgos no deben existir en la concepción del mundo, ya que este debe contener solo afirmaciones no resolubles por la ciencia.
Esta relación entre la concepción del mundo y el conocimiento científico positivo puede llevar a una concepción dualista del mundo. Esto depende de la ideología dominante de la sociedad que puede o bien seguir la concepción planteada por el conocimiento científico a partir de lo que se va investigando y seguir su ritmo, o seguir una combinanción de la investigación con las necesidades del hombre.
La concepción marxista del mundo es una concepción del mundo explicita que busca una liberación de la consciencia. Esto supone una liberación también en la práctica. En esta concepción no se considera sus elementos del saber explícitos superiores a los del conocimiento científico positivo. No se considera una filosofía sino una ciencia de la ciencia. Busca la motivación de la ciencia misma. A esta motivación se le da el nombre de inmanentismo: “El principio de los fenómenos se debe buscar en otros fenómenos , en el mundo y no en instancias ajenas o superiores al mundo”.
El primer principio en la concepción marxista del mundo es el materialismo. Otro principio es la dialéctica este se inspira en las limitaciones de conocimiento científico-positivo.
La ciencia positiva realiza el materialismo a través de una metodología analítico-reductiva, e decir, eliminar factores irracionales en la concepción del mundo
Para concluir como dijo Hegel “la verdad es el todo”.
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