El desarrollo de una investigación, el conocimiento, se inicia a partir de la observación de los hechos. Esta observación se considera ya un análisis ya que conlleva selecciones, comparaciones y deducciones para sacar un sentido al hecho. Una vez hecho esto hay que juntar los resultados de una forma coherente.
Después de esto la segunda etapa de la investigación científica seria formular una hipótesis que den forma al conjunto de los hechos. En esta etapa tiene importancia la fantasía científica, basada en la capacidad de crear mentalmente imágenes subjetivas distintas de las observadas de la realidad. Esta capacidad viene dada por la capacidad humana de ver el reflejo de la realidad, conocerla y modificarla.
Esa fantasía científica hace al hombre sujeto activo creativo y se complementa con la intuición que sirve para que el pensamiento solo analice las versiones verosímiles o racionales.
En la tercera fase hay que comprobar la hipótesis, para lo que sera preciso volver a observar los hechos y profundizar en su análisis y conclusiones, es decir comprobar su verosimilitud.
Al experimentar para la observación de la realidad no volvemos colaboradores de la naturaleza, ya que, forzadamente, producimos lo mismo que produce ella. Para esta etapa se necesita un gran espíritu crítico y autocrítico.
La última etapa se basa en modificar las hipótesis completándolas con los resultados de la comprobación.
El trabajo analítico consiste en dos actividades:
- La conceptualización de sus contenidos, es decir, la fijación de los elementos en conceptos.
- Buscar más hechos o datos empíricos, para completar así los hechos inicialmente observados.
Los dos aspectos de la investigación (teórico y analítico) son distintos ya que no puedes razonar mientras observas.
Dedicarse a una investigación concreta ya supone un interés teórico, por lo que plantearse un problema lleva a una primera formulación teórica.
El investigador individual utiliza en su investigación también los hechos observados por otros al igual que las hipótesis formuladas por otros investigadores, como partes integrantes de su propias conclusiones.
Estas formulaciones nos acercan a la realidad, a la verdad absoluta. Toda ciencia tiene una objeto de investigación concreto, una determinada metodología, y dependiendo de esta, una determinada visión científica de la realidad.
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